El amor deja una gran huella emocional en los bebés desde que llegan a nuestro mundo. De hecho, la salud mental de las personas depende en gran parte del amor recibido por su madre. Si un bebé tiene sus necesidades básicas cubiertas desde el nacimiento (tanto a nivel físico como emocional), tendrá un buen desarrollo emocional en el futuro. Si en el cuidado de un bebé no se da importancia al amor, el bebé no sabrá tolerar emociones negativas o el estrés en el futuro, y esto, le convertirá en una persona, posiblemente desequilibrada a nivel emocional.
Dependencia del bebé
Los bebés humanos cuando nacen son los seres más dependientes que existen ya que no pueden hacer nada por sí mismos. Tienen un desarrollo muy lento y necesitan a cuidadores que les ayuden a evolucionar, estos cuidadores normalmente son los padres. El amor que recibe de sus padres le ayuda a sentirse seguro, protegido y amado.
Una mujer que se convierte en madre se transforma en una mejor versión de sí misma constantemente. Incluso en los momentos más duros de la maternidad, cuando el cansancio se apodera de ella, es capaz de sacar fuerzas y sonreír porque sabe que sus hijos la necesitan, porque ella es el pilar más importante de la vida de sus pequeños.
Nuestra vida viene de papá y mamá y mientras mas tengamos ese concepto incorporado en nuestro ser, mas profunda será nuestra conexión con la vida.
Hellinger enseña que la vida es comparable con la relación o vinculo con la madre. En el trabajo con constelaciones se puede verificar que cualquier tema que no esté resuelto con la madre se refleja con todo asunto de la vida cotidiana, llámese pareja, salud, trabajo, es decir, afecta todos los aspectos de nuestra cotidianidad.
Si en mí existiera un brillo por el tipo de relación que tengo con mi madre, ¿qué le pasaría a mi madre para conmigo? Ella por supuesto también está feliz; sobre todo se abre el corazón de la madre y su amor puede fluir hacia ti, las dos van a estar felices.
Había una vez un hombre que me dijo que su madre lo odió cuando era pequeño y ella vivía muy cerca de donde era este curso; entonces le dije: “vete a visitarla”. Al otro día volvió, estaba radiante y le dije: ¿pero qué hiciste?, fui y le dije a mi madre: “estoy contento de que me pariste…”, y la madre brillaba, radiaba y él también. Tan fácil es la felicidad.
Frases
- “Mi mamá y mi papá se amaron y yo soy la mejor prueba”
- “Mi mamá es la mejor, encontró a mi papá”
..... de una cartilla a mi madre.....,
cuando aprendía a leer en voz alta, una de las frases que nunca olvidaré y que encierra una verdad esencial:
...“ Mi mama me ama. Yo amo a mi mama ”…Y yo me sentía plenamente feliz..."
La madre nos trae a la vida. Es un misterio y un milagro concebir un hijo y un inmenso acto de amor, generosidad y valentía sostener el embarazo y parir a la criatura.
Al periodo de gestación en el útero materno se le suele llamar “el paraíso perdido”. Si el embarazo va bien y la madre está tranquila, el feto se desarrolla en ese estado incosciente, donde todas sus necesidades de alimento y oxígeno están satisfechas gracias a mama, flotando en ese líquido amniótico calentito y protector.
El feto también percibe el mundo emocional de mamá, cómo se siente mamá. ¿Qué sucede si la madre tiene miedo, está triste o está sufriendo por alguna razón?, ¿Que pasa si el embarazo se presentó sin buscarlo, si la madre siente un cierto rechazo, si es motivo de disgusto o si se plantea el aborto durante un tiempo? Son las primeras improntas, a un nivel muy inconsciente, que se graban en el cerebro límbico de la criatura.
Frases en Constelaciones Familiares para tomar a la Madre:
La tomo de ti, toda entera,
Con lo bueno y con lo malo,
Y la tomo al precio entero que a ti te costó
Y que a mí me cuesta.
La aprovecharé, para alegría tuya
(y en tu memoria).
No habrá sido en vano,
La sujeto firmemente y le doy la honra,
Y si puedo, la pasaré, como lo hiciste tú
Te tomo como mi madre,
Y tú puedes tenerme como tu hijo/ hija.
Tú eres la verdadera para mí, y yo soy tu verdadero hijo/ hija.
Tú eres la grande, yo el pequeño/ la pequeña.
Tú das, yo tomo.
Querida mamá:
Me alegro de que hayas elegido a papá
Ustedes dos son los únicos para mí. – ¡sólo Ustedes!